Una menor de 16 años ha fallecido hoy en el Hospital General Universitario de Ciudad Real tras permanecer en estado crítico desde el viernes, supuestamente después de haber intentado quitarse la vida en su domicilio de la localidad de Torralba de Calatrava, a 15 kilómetros de la capital. El padre de la adolescente que estudiaba en el instituto San Juan de Ávila de esta ciudad había presentado una queja el día antes ante el jefe de estudios por el "clima de violencia" que vivía su hija en este centro escolar. La Consejería de Educación de Castilla-La Mancha ha abierto una investigación para averiguar si la joven quiso suicidarse por ser víctima de acoso escolar, mientras que el Juzgado de Instrucción número 5 de Ciudad Real ha abierto diligencias previas y las ha trasladado a la Fiscalía de Menores.
El consejero de Educación castellano-manchego, Marcial Marín, ha comparecido esta mañana, cuando la menor aún se encontraba en situación crítica, para asegurar que la Junta investigará lo ocurrido y depurará todas las responsabilidades "si las hubiera". También ha informado de que el padre de la menor ha presentado una denuncia ante la Guardia Civil contra el jefe de estudios del centro, el orientador y el tutor de la menor.
Según Marín, la "primera y única" vez que el centro educativo conoció el problema de la alumna fue el miércoles de la semana pasada, día 7 de noviembre, cuando el padre acudió al instituto para exponer al jefe de estudios su preocupación por el "clima de violencia" que, según la familia, vivía la menor. Hasta ese momento, siempre según Marín, solo se tenía constancia del "elevado" número de faltas de asistencias de la menor, una en el mes de septiembre, 15 en octubre y seis en lo que va de noviembre, motivo por el cual habían contactado en dos ocasiones con la familia de la estudiante.
Ese mismo miércoles el orientador del centro se reunió con la alumna para escucharla y citó después a dos compañeros que, según la menor, la incomodaban. Estos acudieron junto a sus padres y fueron interrogados, pero el orientador determinó en su informe que no existía "caso de reiterado y continuo acoso entre iguales", que, según ha explicado el consejero, es el requisito "imprescindible" para motivar un cambio de centro.
Para activar el protocolo de maltrato entre iguales, que es el que justifica un cambio de centro, hay que tener "certeza" de que la situación es reiterada y continua en el tiempo, según el consejero, quien ha subrayado que en este caso era "la primera vez" que sabían de esta situación. No obstante, el centro ofreció a la alumna la posibilidad de cambiar de clase y de compañeros para intentar mejorar su estancia.
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